El gobierno regional de Hamburgo atribuyó en un principio el brote de la epidemia por la bacteria E. coli, que ya dejó más de una veintena de muertos Alemania, a pepinos importados de Andalucía. La hipótesis se demostró luego errada, pero provocó pérdidas millonarias a los productores españoles.
Según Garrido, que el miércoles por la noche se reunió con su homólogo germano, Werner Hoyer, "el Gobierno alemán se ha comprometido a recuperar el prestigio y la confianza en los productos españoles en Alemania mediante acciones concretas de promoción que ya está organizando el Gobierno español".
España es el primer productor y exportador de hortalizas de la Unión Europea, a la que vende cuatro millones de toneladas por año, recordó el socialista. "Nunca en 30 años ha tenido un problema", recalcó. Con respecto a las ayudas para los productores europeos por 210 millones de euros (307 millones de dólares) aprobadas esta semana por la Comisión Europea, Garrido siguió la línea del gobierno español considerándolas un paso positivo pero insuficiente. "Valoro positivamente que la Comisión haya elevado la cantidad de las ayudas", sostuvo. "Pero me parece insuficiente, no puede ser una cifra final, porque los daños se siguen produciendo debido a que todavía no se ha encontrado el origen de la enfermedad".
Según el secretario de Estado, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aún no tiene una cifra definitiva de los daños causados por la epidemia, pero los productores españoles los cifran en 200 millones de euros semanales. Garrido también tuvo palabras muy duras con la responsable de Salud de Hamburgo, Cornelia Prüfer-Storcks, que atribuyó en un primer momento la epidemia a los pepinos andaluces. Sus declaraciones fueron "desafortunadas", dijo Garrido: "Han creado un problema y no han solucionado el problema de fondo, que es detectar el origen de la enfermedad". España apuesta por colaborar con Alemania para paliar los daños producidos a sus productores por la crisis de la epidemia E.coli y descarta reclamar indemnizaciones a Berlín, explicó el secretario de Estado para Europa español, Diego López Garrido. "Nunca escuché que España fuera a presentar una demanda de Estado contra Estado", señaló durante una conferencia de prensa en Berlín. "Debemos mirar hacia adelante". Garrido sí admitió que "puede haber demandas de entidades privadas", algo independiente del gobierno en Madrid.
El gobierno regional de Hamburgo atribuyó en un principio el brote de la epidemia por la bacteria E. coli, que ya dejó más de una veintena de muertos Alemania, a pepinos importados de Andalucía. La hipótesis se demostró luego errada, pero provocó pérdidas millonarias a los productores españoles.
Según Garrido, que el miércoles por la noche se reunió con su homólogo germano, Werner Hoyer, "el Gobierno alemán se ha comprometido a recuperar el prestigio y la confianza en los productos españoles en Alemania mediante acciones concretas de promoción que ya está organizando el Gobierno español".
España es el primer productor y exportador de hortalizas de la Unión Europea, a la que vende cuatro millones de toneladas por año, recordó el socialista. "Nunca en 30 años ha tenido un problema", recalcó.
Con respecto a las ayudas para los productores europeos por 210 millones de euros (307 millones de dólares) aprobadas esta semana por la Comisión Europea, Garrido siguió la línea del gobierno español considerándolas un paso positivo pero insuficiente. "Valoro positivamente que la Comisión haya elevado la cantidad de las ayudas", sostuvo. "Pero me parece insuficiente, no puede ser una cifra final, porque los daños se siguen produciendo debido a que todavía no se ha encontrado el origen de la enfermedad".
Según el secretario de Estado, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aún no tiene una cifra definitiva de los daños causados por la epidemia, pero los productores españoles los cifran en 200 millones de euros semanales. Garrido también tuvo palabras muy duras con la responsable de Salud de Hamburgo, Cornelia Prüfer-Storcks, que atribuyó en un primer momento la epidemia a los pepinos andaluces. Sus declaraciones fueron "desafortunadas", dijo Garrido: "Han creado un problema y no han solucionado el problema de fondo, que es detectar el origen de la enfermedad".
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